La luz azul que emiten tu celular, computadora y demás aparatos puede tener un impacto negativo en el sueño, la piel y el humor.

Mientras lees esta nota, millones de partículas minúsculas de luz visible de alta energía (HEV, por sus siglas en inglés, “luz azul») ya viajaron de la pantalla de tu teléfono, iPad o computadora hasta lo más profundo de tu piel. Desde allí, ya empezaron a desatar su impacto: descomponer la elastina y el colágeno necesarios para mantener a raya a las arrugas y conservar la piel firme y en su lugar.

¿Qué efectos puede tener la exposición a la luz azul?

La luz azul ha demostrado tener un impacto negativo en el sueño, la piel y el humor. El porqué, en una palabra, son las hormonas. Las subidas y bajadas de hormonas como el cortisol sirven para generar un ritmo circadiano que nos da energía durante el día y nos ayuda a relajarnos en la noche. Pero un tipo específico de luz azul (que se encuentra, por ejemplo, en teléfonos celulares), perturba los ciclos naturales del cortisol, lo que reduce nuestra energía durante el día y nos altera en la noche.

La luz azul también tiene la capacidad de penetrar muy profundamente en la piel, lo que hace que se disparen los radicales libres y las inflamaciones que generan hiperpigmentación y marcas de edad. Otros estudios también indican que la luz azul daña una molécula del ojo llamada retinol, pues dispara una reacción química que podría ser tóxica para las células de la retina.

Nuestro #TipABC:

En estos tiempos en los cuales todo pasa por las pantallas te recomendamos controlar en lo posible los tiempos de exposición y tomarte un tiempo antes de dormir sin presencia de pantallas.

También recomendamos el uso de protectores solares de amplio espectro, con filtro para rayos UVB, UVA y luz visible.

Fuente: Vogue MX